En los países hispanos, las comidas generalmente consisten en tres platos.
El primer plato puede ser una sopa o una ensalada; el segundo es el plato principal y es distinto según el país. Puede ser picante (hot, spicy) como en México o Perú o no tan picante, como en la mayoría de los países latinoamericanos. El último plato es el postre, que suele ser una fruta o una porción de torta o pastel.
En algunos países es común beber vino durante la comida y café al terminar.
Cuando es posible, la comida no consiste sólo en el hecho de comer, sino que también es para relajarse, disfrutar de la vida y pasar un buen rato con la familia y amigos.